domingo, 10 de junio de 2012

¡HURRA¡ ¡ESPAÑA ESTÁ SALVADA¡

¡Estamos salvados: Que siga la fiesta¡


Europa ha optado por un rescate blando de España para evitar lo peor. Si es que aún se puede evitar.

Se inyectarán entre 40000 y 100000 millones de euros en el sistema financiero español para reflotar entidades arruinadas o al borde de la ruina. Lo terrible para la Unión Europea es que no hay datos fiables de España y ni se sabe aún cuánto dinero será necesario, por eso se han encargado auditorias privadas. Es el rescate bancario.

El rescate de las administraciones públicas se deja para más adelante; si no hay más remedio se hará. El objetivo de todos, en esto sí coinciden grandes socios europeos y Gobierno español, es evitar el rescate global de España mientras sea posible ya que podría acabar hundiendo a la propia Unión Europea por el efecto dominó: después Italia, más tarde Francia y finalmente la propia Alemania. Sólo este año vencen 250000 millones de euros en obligaciones de deuda pública española de todas las administraciones públicas. Rescatar España podría requerir una ayuda cinco veces superior a la que ahora se promete para la banca española.

Se veía venir: El Gobierno español ha estado negando hasta un minuto antes que fuese a pedir el rescate bancario. E incluso una vez acordado por el Eurogrupo -ministros de Economía y Finanzas de los países del euro- lo niega: "No es un rescate es un apoyo financiero a la banca española".

O mejor aún, es "la apertura de una línea de crédito europeo" para la banca española. Así, lo mantiene el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el mediodía de un domingo de fútbol, con un pie en la escalerilla del avión para volar a Polonia. Rajoy escapaba, de nuevo, y tras una catarata de críticas ha comparecido en el Palacio de la Moncloa forzado por las circunstancias no por iniciativa propia. "Al final voy (al fútbol) porque debo ir".

A España se le va a fiscalizar prácticamente todo: Cumplimientos presupuestarios e impuestos de las administraciones públicas; ahora también el sistema financiero. Sólo queda que los interventores europeos intervengan la economía privada. Algo que aún corresponde al Gobierno de España y que no hace bien, dada la evasión de capitales, la amnistía fiscal para captar fondos evadidos o el enorme fraude a Hacienda que cada año se repite contribuyendo a aumentar aún más la deuda pública española.

"Las entidades financieras tendrán que devolver lo que reciban", mantiene Rajoy, negando que sea un rescate a la banca española: "No voy a entrar en debates nominalistas, es una línea de crédito" -ahí se agarra una y otra vez-.

Hay que recordar que el rescate inicial de Grecia requirió 100000 millones de euros y que posteriormente, dada la agonía financiera de los helenos, se acordó un segundo rescate de 130000 millones de euros. España puede requerir nuevos rescates. Nadie lo desea pero podría ser inevitable si las cifras siguen sin cuadrar y las deudas sin pagar.

Por mucho que  en el Gobierno se recalque que el "objetivo es que vuelva el crédito", nadie puede garantizar que el crédito vaya a volver. El pronóstico que se puede hacer hoy es que no va a volver este año y veremos sí a mediados de 2013 empieza a fluir con cierta timidez.

Es un gobierno, el español, que camina desconcertado por los hechos; con un presidente experto en la huida rápida, incluso por el garaje -el pasado 10 de abril- como no olvidaremos nunca. El descrédito internacional de España por la gestión de la crisis que está haciendo el Gobierno es creciente e incontrolable. No es ningún éxito que se vaya a hacer una inyección de urgencia "a vida o muerte" para la banca española. Es más bien la confirmación de que se trata de salvar no sólo a España, también a la moneda única europea -por mucho que Rajoy diga que el euro "es irreversible" no lo es- y sobre todo se quiere proteger de lo peor a la propia Unión Europea.

"Una parte del sistema bancario español tiene dificultades", sostiene Rajoy. La que tenía menos dificultades se está viendo afectada por la toxicidad y el agujero de la mala banca. La banca buena está sacudida por la gran pérdida de valor en Bolsa y la presión sobre sus negocios internacionales.

Rajoy agradece el "comportamiento ejemplar de todos los españoles" en estas circunstancias y subraya que "no podemos gastar lo que no tenemos". Pues, lo volveremos a hacer y gastaremos lo que no tenemos una vez más.

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